lunes, 26 de marzo de 2012

A qué vino el Papa Benedicto XVI


Hace una década en México el 89% del total de la población pertenecían a la Iglesia Católica, hoy, según fuentes del INEGI, bajó al 83%; cerca del 6% de mexicanos, cifra que se traduce en millones,  decidieron cambiarse de Religión o simplemente optaron por mantenerse al marco sin profesar alguna creencia, aunados al hábito del escéptico.
Sin embargo la cifra de católicos que actualmente predominan en nuestro país es realmente considerable. Claro considerable como para resaltar de manera abundante en todos los medios la  visita del presente Papa Benedicto XVI a México; que como fue de esperarse cubrieron minuto  a minuto cada detalle.
Por ende el asunto no puede dejarse pasar como para no hablar de él, aunque siendo México el segundo país con más católicos en el mundo, no se puede pensar por qué al Papa no se le había ocurrido venir antes, siendo que tienen tantos seguidores en nuestro territorio y que lo reciben con tal calidez humana como lo expresan los medios.
Nosotros no queremos que el mexicano deje de profesar el catolicismo, sino que; por otro lado observamos que como país fuimos conquistados hace ya varios siglos por los españoles y así mismo colonizados y obligados a creer en la santa cruz, por lo mismo aunque los años han pasado considerablemente, tenemos en común las mismas creencias de aquél entonces, lo que refleja la evolución de la costumbre y pensamiento nacionales, lo cual nos hace pensar que no ha cambiado mucho que digamos.
Los asuntos como los que acaban de pasar, señalemos la pisada del Pontificio a nuestra tierra, dejan mucho de qué hablar o más bien tiene que hacerlo o lo fuerzan para que sea de ésta forma; dejando de lado los asuntos como la audiencia para víctimas de pederastia que no fue de mucha importancia para el visitante.
La cosa no es que el Mexicano deje de creer o no, sino que se deje de fanaticadas tratando a el Papa como si fuera Rey; tampoco es que importe tanto la religión que se profese , sino que se respete el libre albedrío de las personas tal y como es para ser un país más equitativo y tolerante, la cosa es que los pobladores de México nos demos cuenta de nuestra pluralidad y centrarnos en las cosas que verdaderamente necesitan nuestra atención, para así dejar de estar con la venda en los ojos y deshacernos de ese conformismo y esclavización colonial que aún nos sigue acechando.

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